El director del instituto recibe un segundo anónimo contra Juan. El director no puede hacer más y le dice que ha de abandonar el centro. Alberto confiesa su autoría de los anónimos y el director, creyendo que Juan se ha auto inculpado por hacer más fácil las cosas, le pide que se quede. Sócrates sigue sin querer salir por el acné. Begoña sigue recibiendo llamadas de Mauricio.